Estuvimos de feria, por segunda vez en el año. La primera fue antes del día de la madre. Esta antes de Navidad. Dos fechas estratégicas. Sin embargo, esta segunda no fue como la primera. No fue ni peor , ni mejor. Sólo fue diferente.
Vino mucha menos gente. Vendimos mucho menos que en la anterior. Llamamos a muchas más amigas. Teníamos mucha más expectativa. Mostrabamos muchas más cosas. Y sobre todo: estuvimos acompañadas por otra emprendedora !! Mi sobrina, Clara, se vino de Buenos Aires con sus aros para la venta. Estaba terriblemente ansiosa y esperanzada con sus aros !! Trabajó en algunos pares inconclusos hasta último momento. No quería dejar nada sin terminar, incluso mis propias cosas. " Dale tía, lijemos y barnicemos esos pescados ! Dale tía, hagamos otra estrella con este hilo. Dale tía, vaciemos el living así mañana acomodamos todo temprano. Dale tía, llamalo al talabartero ( por quinta vez ) y decile que necesitas esos bolsos ya, que estás de feria ( hacía una semana que el talabartero sabía de la feria y las manijas seguían sin poner) !!
A medida que avanzaba la tarde, más crecía su esperanza !!!
Seguramente no vendió los aros que esperaba vender , pero seguramente también aprendió algo que le dije toda la tarde. "Clara, no podés manejar el destino de las cosas. Ya hicimos lo que pudimos hacer. Ahora será lo que deba ser".
Y así fue.
